- No quería vivir con miedo.
- Los guardespaldas me ponían muy nerviosa, eran como un recordatorio constante de que algo malo podía estar a punto de ocurrir.
- ¿Qué veía Sebastián cuando posaba sus ojos sobre mi?
- -¿Así cómo, Marfil? Su manera de pronunciar mi nombre me produjo demasiadas emociones como para poder ignorarlas
- <¡No me asustas, más bien me enamoras!>
- Al menos comía, eso era un signo de que al fin y al cabo no era un Dios griego, si no un ser humano como todos.
- Sebastián parecía inmune a mi presencia y la suya a mi me volvía loca.
- El silencio significa que no hay nada que decir.
- A veces el silencio dice más que una conversación de horas.
- No sientas pena por mi, no se extraña lo que nunca se ha tenido.
- ¿Por qué tienes tanto miedo de coger lo que quieres?
- No pasa nada por perder el control de vez en cuando.
- Te he traído aquí justamente porque necesitaba volver a verte sonreír.
- No sabía lo que tenía hasta que te perdí.
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